Me desperté y vi el reloj, ya era muy tarde. Eran las 7:00 a.m. y yo entraba a mi bendito empleo de verano en una hora.
Yo trabajaba en un pero muy pequeño restaurante de comida rápida, de cajera o de lo que sea que Rita mi jefa, me pusiera a hacer. No me quejaba al menos me pagaban.
Necesitaba un auto y tía Mery no ganaba mucho, por eso trabajaba. Además me mantenía ocupada.
El lugar, no era de lo mejor, lo admito, pero ahí me sentía bien, sentía que esta era como mi segunda casa, después de haber trabajado ahí por tres veranos (y aun así me seguía faltando dinero para el carro, que quería).
Hoy, como siempre no acudía mucha gente, era domingo, domingo familiar.
Domingo mi último día de trabajo.
A pesar de que ese día no trabaje mucho, llegue a casa cansada, me di un baño caliente, me puse el pijama, y me fui a dormir, o mas bien trate, pero en toda la noche no pude pegar el ojo. Tuve incontables pesadillas, donde estaba rodeada de hombres lobo y una batalla se libraba a mí alrededor. La misma que tenía desde que era una niña, y que siempre causaba el mismo efecto en mí, me despertaba gritando, mi tía y yo habíamos ido a ver a varios terapeutas, pero ninguno habían podido hacer algo para ayudar.
Los terapeutas solo decían cosas (basura) como que eran las batallas, que yo tenia que librar día con día, desde la muerte de mis padres, y que yo las proyectaba en mis sueños, que los lobos eran en realidad mis penas, tristezas y frustraciones que me atacaban, aun que yo no lo creía así.
Después de eso ya no pude dormir, mañana seria un gran día, bueno eso me decía mi tía: Regreso a clases.
